Como videojuego de 16 bits su desarrollo es simple. La historia comienza cuando una plaga asola la aldea de nuestro personaje y tras unas viñetas donde nos enseñan a la responsable de todo el desastre y las consecuencias del mismo (el hijo de nuestro personaje se enferma) salimos a un paisaje nevado armados con un tridente a intentar arreglarlo todo. El desarrollo es horizontal y recorreremos paisajes muy bonitos y coloridos junto a este personaje entrañable, mientras nos acompaña una banda sonora de ensueño, sobre todo la pieza que suena en Hunted Forest. Contamos con varios ataques, desde el simple golpe tridente a un golpe más potente si dejamos presionado el botón de ataque. También tenemos un super salto que hace lanzarse a nuestro personaje a por el enemigo mientras le rezamos a todos los santos por acertar porque de lo contrario, quedamos vendidos pero ese grito de mareo de Whirlo es tan entrañable que a veces me pegaba a conciencia por escucharlo. El único elemento que diversifica el avance lateral es un episodio donde a raíz de unas conversaciones con unos personajes y unas pistas que te dan, tienes que averiguar cuál es el personaje correcto para poder seguir avanzando. Por lo demás, es juego consiste en avanzar, eliminar enemigos y saltar para salvar plataformas. Puede parecer sencillo y monótono, pero en la época de los 16 bits, muchos títulos ofrecían "sólo esto".
Y aquí dejo la melodía (puede que la calidad del sonido no sea ideal, es un cartucho de 16bit, lejos de los soportes sonoros de hoy en día) que creo que refleja mejor la nostalgia que Whirlo deja en el recuerdo.
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